El daño del estrés en el sistema digestivo: causas y alivio del dolor de estómago
Preguntas frecuentes sobre DOLOR DE PANZA POR ESTRÉS
¿Te has preguntado cómo afecta el estrés a nuestro cuerpo? Si tienes dolor de panza, este artículo es perfecto para ti. El mundo moderno nos somete a un bombardeo constante de altas expectativas y autocrítica. Nos exigen y nos exigimos el máximo rendimiento en el trabajo, mantenemos una vida social activa y nos esforzamos por alcanzar una perfección que a menudo sólo existe en las pantallas de nuestros teléfonos móviles. Sin embargo, este estilo de vida acelerado tiene un costo alto para nuestra salud digestiva, ya que el estrés se convierte en un huésped no deseado que altera la armonía de nuestro sistema gastrointestinal.
En un mundo donde la autocrítica se ha convertido en la norma y los altos estándares en una obligación, es crucial hacer una pausa y comenzar una autorreflexión. Reconocer que somos humanos, falibles y perfectamente imperfectos puede ser el primer paso para aliviar la presión que ejercemos sobre nosotros mismos. El autoconocimiento es una poderosa herramienta para gestionar nuestras expectativas y, en consecuencia, reducir los niveles de estrés que impactan en nuestra salud digestiva.
¿Alguna vez has sentido que tu estómago se ata en nudos ante una situación estresante? Nuestro cuerpo, en su sabiduría, tiene formas curiosas de recordarnos que la mente y el sistema digestivo están más entrelazados de lo que podríamos imaginar. El estrés no solo nos pone a mil por hora, sino que también puede manifestarse en forma de dolor abdominal. En este artículo te brindaremos la información y guía necesarias para disminuir los malestares estomacales.
Dolor estomacal: ¿Cómo el estrés afecta al aparato digestivo? y ¿Cómo está conectado al sistema nervioso?


No es casualidad que a nuestro estómago se le llame el segundo cerebro, pues su conexión con el sistema nervioso es más grande de lo que podríamos imaginar. Imagínate un intrincado sistema de mensajería con neurotransmisores y hormonas, que al recibir señales de alerta se pone en modo de defensa, afectando a nuestra salud.
Cuando una persona experimenta altos niveles de estrés, su estómago puede sufrir diversas consecuencias como la acidez estomacal, la diarrea, los cambios en el ritmo intestinal y el dolor abdominal, mejor conocido como “dolor de panza por estrés”. Esto se debe a la conexión entre el eje cerebro-intestino. En este punto entran en acción el sistema nervioso autónomo, el sistema nervioso central y el sistema nervioso entérico.
Sistema nervioso autónomo
Controla las funciones automáticas del cuerpo como la respiración, la digestión y la regulación de la temperatura corporal.
Sistema nervioso central
Está compuesto por el cerebro y la médula espinal. Es el encargado de percibir las señales de estrés y transmitirlas al intestino, provocando una serie de respuestas fisiológicas como el dolor.
Sistema nervioso entérico
Se encuentra dentro del tracto gastrointestinal. Está compuesto por una intrincada red de neuronas que se extiende desde el esófago hasta el ano, asegurando el buen funcionamiento de nuestro estómago. Desempeña un papel fundamental en la regulación de las funciones digestivas, como la contracción muscular del tracto gastrointestinal, la secreción de enzimas y la absorción de nutrientes.
Síntomas gastrointestinales ¿Cómo afecta la ansiedad y el estrés emocional a la digestión?


Los síntomas abdominales relacionados con la ansiedad y el estrés emocional pueden manifestarse de diversas formas. Por ejemplo, la sensación de “mariposas en el estómago”, que es una expresión común de sensación de nerviosismo. Otros síntomas pueden ser:
- Dolor abdominal: aumento de la sensibilidad de los intestinos provocando dolor, calambres o malestar.
- Hinchazón: debido a la acumulación de gases, lo que provoca hinchazón y distensión abdominal.
- Diarrea o Estreñimiento
- Acidez estomacal: el estrés tiene el potencial de estimular una mayor producción de ácido en el estómago, lo que provoca reflujo ácido y malestar.
- Náuseas: el estrés emocional puede actuar como desencadenante de náuseas, mareos y, en algunos casos, vómitos.
El estrés también puede afectar la microbiota intestinal, alterando el equilibrio de bacterias beneficiosas en el intestino y contribuyendo a trastornos como el síndrome del intestino irritable.
Problemas gastrointestinales y problemas digestivos causados por el estrés
Trastornos intestinales
El estrés crónico puede desencadenar una serie de trastornos gastrointestinales, incluyendo:
- Síndrome de intestino irritable (SII): presencia de síntomas como el dolor abdominal, la hinchazón, la diarrea o el estreñimiento.
- Úlceras de estómago: aumenta la producción de ácido estomacal, lo que podría provocar el desarrollo de úlceras de estómago.
- Reflujo ácido: el estrés incrementa los síntomas del reflujo ácido, lo que provoca acidez de estómago, regurgitación y dolor en el pecho.
- Colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn: el estrés puede actuar como desencadenante de brotes en estas enfermedades inflamatorias del intestino.
- Problemas digestivos: el estrés tiene la capacidad de ralentizar el metabolismo alimenticio, provocando malestar estomacal, exceso de gases e indigestión.
¿Cómo pueden afectar al intestino?
Entre los problemas digestivos que el estrés y la ansiedad pueden causar son:
- Ralentizar la digestión provocando malestar estomacal.
- Exceso de gases.
- Indigestión.
- Acidez estomacal.
- Distensión abdominal (sensación de hinchazón o inflamación en el abdomen que puede causar malestar y una apariencia física abultada).
- Náuseas.
- Vómitos.
Consejos para controlar el estrés, cuidar tu salud digestiva y aliviar el dolor de estómago
Reducir el estrés puede ser difícil, pero ¿qué podemos hacer al respecto?
Una dieta balanceada


Para empezar, es importante llevar un estilo de vida saludable que incluya una dieta balanceada rica en fibra.
Evita los alimentos grasosos y procesados que pueden provocar malestar estomacal. Para aliviar el dolor de estómago de forma natural, puedes aprovechar el poder de los extractos de plantas medicinales como la manzanilla, el jengibre o la menta, que son conocidos por sus propiedades antiinflamatorias y digestivas. También puedes preparar un jugo de papaya, piña y jengibre que ayuda a calmar la irritación estomacal y mejorar la digestión.
Por último, elimina o disminuye el consumo de cafeína y alcohol. Te recomendamos que leas nuestros artículos sobre “Ansiedad alimentos prohibidos” y “Controla la ansiedad por la comida: Guía para comer saludable”.
Haz ejercicio regularmente y descansa
Dedica al menos una hora al día para ejercitarte, ya sea correr, nadar o hacer yoga. El ejercicio ayuda a mejorar la función intestinal y a aliviar el dolor de estómago al promover la circulación sanguínea y reducir la inflamación en el cuerpo.
Aunque el ejercicio es importante, también necesitas suficiente descanso para mantener una estabilidad física y mental en tu cuerpo. Dormir al menos 7-8 horas cada noche es fundamental para la salud digestiva y para controlar el estrés. El descanso adecuado permite que tu cuerpo se recupere y pueda mantener su función intestinal de manera óptima. En caso de tener insomnio o no poder dormir por ansiedad los malestares aumentarán.
Aprovecha el poder de la respiración
Los ejercicios de respiración pueden ayudarte a reducir el estrés en la vida cotidiana y mejorar tu bienestar general. Se ha demostrado que la respiración consciente puede disminuir la presión arterial, reducir la ansiedad y mejorar la claridad mental.
Además, existe una conexión directa entre la respiración y el estado de ánimo. Cuando nos sentimos estresados o ansiosos, nuestra respiración tiende a volverse superficial y rápida. Al practicar técnicas de respiración adecuadas, como la respiración diafragmática, podemos activar el sistema nervioso parasimpático y entrar en un estado de relajación profunda.
No subestimes el poder de tu propia respiración. Tómate unos minutos al día para conectar con tu respiración, sentir cómo entra y sale de tu cuerpo, y notar cómo te hace sentir. Aprovecha el poder de la respiración para mejorar tu bienestar físico y emocional.
Meditación
Los métodos de relajación como la meditación pueden ser una herramienta poderosa para controlar el estrés y mejorar tu bienestar general. Al practicar la meditación regularmente, podemos aprender a controlar nuestros niveles de estrés y mejorar nuestra salud digestiva.
Incluso unos pocos minutos al día pueden marcar la diferencia, ya que nos ayudará a mantener la calma y a disfrutar de cada momento de nuestras vidas sin sucumbir al estrés. Al aliviar la tensión en nuestro cuerpo y mente, también podemos aliviar los síntomas físicos que provienen del estrés, como el dolor de estómago.
Psicoterapia


Por último, si el estrés emocional te está haciendo morder las uñas más de lo que quisieras, considera la Psicoterapia. Un profesional en salud mental puede ofrecerte herramientas para manejar esos nudos emocionales que a veces nos hacen sentir como un barco en tempestad. Además, te ayudará a identificar las causas subyacentes del estrés, así como aprender los métodos más efectivos para lidiar con él.
La psicoterapia utiliza una variedad de técnicas efectivas para abordar el impacto perjudicial del estrés en el sistema digestivo. Estas estrategias abarcan:
- Terapia cognitivo-conductual: ayuda a las personas a reconocer y transformar patrones de pensamiento negativos que contribuyen al estrés y los problemas digestivos.
- Técnicas de relajación y respiración: enseña métodos para reducir la ansiedad y el estrés, que pueden mejorar la función digestiva.
- Terapia de exposición: ayuda a afrontar y superar los miedos relacionados con problemas digestivos, reduciendo así la ansiedad.
- Atención plena y meditación: fomenta la conciencia y la atención, lo que puede aliviar el estrés y mejorar la salud digestiva.
- Terapia de apoyo emocional: Brinda un espacio seguro para expresar emociones y trabajar en el manejo de situaciones estresantes que impactan el sistema digestivo.
Recuerda, cuidar de ti mismo es como regar una planta; necesario y gratificante. Y si en algún momento te sientes perdido, siempre puedes evaluar tus síntomas y buscar apoyo especializado. Tu salud digestiva es el reflejo de cómo te tratas a ti mismo, ¡así que trátate con cariño!